Análisis y resumen de El caballero de la armadura oxidada

| Etiquetas: , , , , , , , , | Posted On miércoles, 25 de julio de 2018 at julio 25, 2018

El caballero de la armadura oxidada es un libro de autoayuda escrito en 1993 por el escritor, humorista, y guionista de cine y teatro Robert Fisher (1922-2008). Es una corta historia que trata sobre un caballero que se creía bueno, generoso y amoroso, y que siempre tenía su armadura puesta para salir a rescatar damiselas de dragones, o librar alguna cruzada.
El libro llegó a mis manos hace muchos años ya gracias a mi padre, y él lo pudo conocer gracias a la recomendación de un profesor. Escuché algunos párrafos que mi padre leía a mi abuela, y me pareció tan interesante, que lo terminé leyendo todo en una sola tarde.
Esta novela nos enseña que no necesitamos una armadura para protegernos del medio exterior o de nosotros mismos, y que debemos amarnos y aceptarnos para poder amar y aceptar al resto de las personas que nos quieren.
A continuación, analizaré (según lo que yo he percibido) elementos centrales de la novela y su paralelismo figurativo con la vida diaria y nuestras emociones:


  • El caballero y la armadura: El caballero (cuyo nombre nunca es mencionado) somos nosotros mismos llenos de miedos, de dudas, de envidia, de celos, de poco amor propio, de indecisiones y baja autoestima, somos nosotros mismos siendo vulnerables ante el mundo. La armadura representa las barreras físicas, emocionales o intelectuales que colocamos a nuestro alrededor para tratar de zafarnos de esa vulnerabilidad, e intentar sentirnos seguros; Dicha armadura nos funciona como una fachada que nos ayuda a proyectar nuestra supuesta fortaleza sobre los demás: El caballero libra cruzadas, salva damiselas en apuros, anda de un lado a otro en su caballo buscando batallas, y su armadura es tan brillante que las personas juran haber visto salir el sol por el punto incorrecto, pero el verdadero significado de esta armadura radica en el hecho de que el caballero trata de contener en ella la propia imagen negativa que tiene de él mismo (Ya sea de forma consciente o inconsciente), y esto podemos saberlo porque él siente la necesidad de demostrarle al mundo que él es bueno, generoso y amoroso, buscando la aceptación de el resto de las personas, cuando dichos caracteres o virtudes no debe haber necesidad de ser demostrados. Como punto de inflexión en la decadencia de sus propias emociones, el caballero termina por no quitarse la armadura ni para comer, ni para dormir, y esto lleva a la consecuencia de que nunca más se la pudo quitar (al menos no por sí mismo).
    Su hijo ya no recordaba el rostro de su padre, y su hermosa esposa Julieta se dio a la bebida por el sufrimiento e incomodidad que le generaba la armadura que llevaba siempre puesta su esposo.
    El caballero en su desesperación al no poder librarse de la armadura que lo apresaba, buscó la ayuda del hombre más fuerte: El herrero, pero ni siquiera él pudo quitarle su pesada armadura, y terminó lastimando con ella al herrero. De la misma forma lastimó al bufón del Rey, el bufón (llamado Bolsalegre) le dio la recomendación de buscar a Merlín en su bosque, y hacia allá partió el caballero, sin saber siquiera qué estaba buscando realmente.
    Esto representa cómo muchísimas veces las ataduras que le imponemos a nuestras emociones, o las barreras que generamos a nuestro alrededor para evitar ser lastimados, terminan por lastimar a las personas que nos aman y aprecian. También, la búsqueda sin rumbo fijo del caballero puede significar todas aquellas veces que no sabemos qué hacer con nuestros problemas, con nuestras aflicciones, dudas y emociones. Pero lo más importante de todo esto es la decisión tomada de hacer algo para mejorar como personas. 
     
    ¿Acaso no tenemos todos una armadura que no queremos quitarnos nunca, por miedo al pensamiento ajeno, por miedo a lo que seremos, por miedo a ser lastimados, por miedo a no sentirnos amados o valorados?

  • Merlín y el bosque del mago: Lo primero en aparecer en la novela como elemento que va a librar al caballero de su pesada armadura es el bosque. Luego de andar leguas y leguas hacia ningún punto en particular, el caballero empieza a desesperarse y caer en que, a pesar de que se creía muy inteligente, no sabía siquiera cómo orientarse en el bosque. Una gran representación del cómo muchas veces estamos inseguros del rumbo que tomamos en nuestra vida, de qué queremos hacer o de hacia dónde nos gustaría ir.
    Su suplicio termina al cansarse de buscar, e inmediatamente encontrar a Merlín, el cual le dice que el caballero ha estado perdido toda su vida. Muchísimas veces nos hemos hallado buscando cosas de forma desesperadas (Ya sean físicas, como una llave o una media, o emocionales), y al dejar de buscarlas, las encontramos casi por casualidad; esto mismo ocurrió al caballero, para quien Merlín representa ese alguien o ese algo que es capaz de penetrar en lo más profundo de la consciencia del caballero, despertarla y hacerle ver el mundo de forma distinta: Luego de pasarse días buscando al gran mago, este apareció al dejarlo de buscar.
    En el bosque también aparecieron personajes importantes e inusuales a la vez: Ardilla y Rebeca, dos carismáticos animalitos que le hacen de compañía al caballero en su viaje a despojarse de su armadura, demostrando que podemos encontrar amistad y enseñanzas en los seres más inesperados.

  • Hacer pausa y tomar una copa de vida: Luego de haberse ofendido por las palabras de Merlín sobre que siempre había estado perdido, el caballero sintió ganas de irse, pero estaba tan cansado que no pudo siquiera subir a su caballo. Luego de poner en manifiesto el cansancio físico y emocional que tenía el caballero, y sus pocas ganas de luchar, el mago le dice que ese agotamiento es algo bueno, pues no se puede correr y aprender a la vez; ¿ y qué nos dice a nosotros esto? Que no siempre una pérdida es una derrota definitiva, que está bien hacer una pausa y replantearte tu estrategia o tomar un descanso, pues acumular cansancio físico y emocional solo agregan más capas y capas de armaduras emocionales.
    Después de que el caballero fuera obligado por su propia fatiga a realizar esta pausa, Merlín le da a tomar una copa con un extraño líquido al que el mago llama vida, el cual es amargo al principio y luego fue poniéndose más dulce a medida que el caballero aceptaba tomarlo sin cuestionarse qué cosa era exactamente ese brebaje. Nos dice que la vida es dulce y hermosa cuando la aceptamos, pero esto no significa que debamos ser conformistas, es totalmente lo opuesto: Nos induce a transformarnos, a fluir como el agua, y a mejorar como personas aprendiendo detalles sobre nosotros mismos.

  • Iniciando por el Sendero de la verdad: Aun estando en el bosque con la orientación de Merlín, el caballero tenía que iniciar el verdadero camino hacia la Cima de la verdad, que le iba a llevar a librarse de su armadura; y el caballero encontró la motivación para iniciar este sendero gracias a la respuesta de su hijo Cristóbal a una pregunta que le envió por escrito: ¿Quieren que regrese? 
     
    La respuesta de Cristóbal fue un papel en blanco

    El caballero quedó tan desolado por esa fría respuesta, que rompió el llanto hasta quedarse dormido. Al día siguiente decidió partir por el sendero de la verdad.
    Son aquellos momentos, noticias o eventos difíciles los que sirven para transformarnos como personas; como reza una canción de Patricio Rey y sus redonditos de ricota: “La vida sin problemas es matar el tiempo a lo bobo”, y por más cliché o a frase emotiva sacada de una imagen de Facebook que suene, tocar fondo de tu situación actual es lo que te lleva a resurgir como una nueva persona.

  • El sendero de la verdad: El caballero inicia acompañado de Rebeca y Ardilla su camino a liberarse de su armadura, que es lo que el caballero ganará (o perderá, según palabras de Merlín). Inicialmente al caballero se le presentan dos senderos, uno amplio y hermoso, y otro angosto y empinado, que se perdía de tanto espesor de los árboles y plantas. En un momento de flaqueza el caballero considera tomar ese sendero amplio y hermoso, pero aquel sendero le conduciría a su hogar con su todavía intacta armadura. Luego de palabras de Ardilla y Rebeca, el caballero decide tomar aquel que tal vez le ayudaría a librarse de la pesada armadura, que tanta carga había representado para él y para sus seres queridos.
    Las decisiones correctas no siempre son las más fáciles de tomar, y aprender a quererse a uno mismo, a entenderse y conocerse para poder querer, entender y conocer a los demás es seguramente una de las cosas más difíciles que hagamos en nuestras vidas.
    Camino hacia el castillo del silencio ocurre algo maravilloso: El caballero logra hacer que desaparezca la visera de su armadura, hecho que le produjo una profunda alegría, pues ya era capaz de percibir mejor el viento, ver mejor, sentir un poco más, comer por sí solo. Esto ocurrió gracias a la respuest de Cristóbal que, en palabras del propio caballero, “la pena que sintió fue tan profunda, que su armadura no había podido protegerle”.
    Muchas veces nos negamos a deshacernos de nuestras armaduras por miedo a quedar vulnerables, pero sentir miedo de tener emociones no es vida, no es salud. Ser seres más sensibles con los demás y con todo los que nos rodea enriquece nuestra mente y nuestra alma.

  • El castillo del silencio: Encontrado el Castillo del silencio, el caballero entró solo. Dentro, se dio cuenta de algo aterrador: Estaba completamente solo, consigo mismo, y todo estaba en silencio. Se dio cuenta de varias cosas en particular, a medida que atravesaba por un mar de emociones:
    • Tenía miedo de estar solo.
    • Toda su vida se la había pasado hablando de qué iba a hacer, y nunca disfrutó lo que estaba pasando en el momento.
    • Jamás había escuchado a nada ni a nadie, él había provocado el sentimiento de soledad en otras personas.
    • Nunca se había escuchado realmente a sí mismo.
Así el caballero pudo darse cuenta de que no se conocía a sí mismo, ni conocía a nadie realmente, se dio cuenta que toda su vida era una simple fachada para evitar sentir miedo; en el silencio de la soledad pudo conocerse a sí mismo, y abandonar toda máscara de vanidad que antes pudo haber utilizado.

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    El castillo del conocimiento: Al entrar al castillo del conocimiento se encontraron inmediatamente con una gran oscuridad, que es la gran ignorancia que tenía el caballero (y que podemos llegar todos a tener en unas cosas u otras) , dentro encontró una inscripción que le hizo darse cuenta (otra vez) de hechos dolorosos: Había necesitado más de lo que había amado a su hijo y a su esposa, pues fue a ellos a quienes utilizó como chivos expiatorios, culpándolos de sus desgracias y descargando responsabilidades que debería haber él cumplido, y que no lo hizo al perder el tiempo en tratar de agradarle a otras personas, pues realmente necesitaba el amor y aprobación de otras personas porque él no se amaba a sí mismo.
    Y a nosotros tantas veces nos sucede lo mismo: Tantas veces buscamos la aprobación de otras personas, no hacemos las cosas que nos gustan por darle el gusto a otros: No nos vestimos como queremos, no nos hacemos el corte de cabello que queremos, no realizamos las actividades que queremos (o hacemos lo que otros quieren) por el simple hecho de querer encajar en un grupo, vivimos tantas veces en una falsedad que no se ve a simple vista, pero que con hechos tan simples como estos nos reprime hasta aplastar nuestra interior y nuestra personalidad, y este destrozo interior termina también por hacer daño a quienes nos quieren, pues volcamos toda esa desesperación y maraña de sentimientos negativos en ellos.

  • El castillo de la voluntad y la osadía: El caballero en este castillo encontró algo que no esperó encontrar allí: Un dragón, el dragón del miedo y la duda. Luego de dudar un momento bastante largo (a la vez que esquivaba llamas azules) si enfrentarse o no al dragón por el miedo a ser devorado, se convenció a sí mismo que el conocimiento era la mejor arma que tenía, y que por ello no debería dudar ni sentir miedo de el monstruo que halló en ese castillo: Aquel ser imponente que amenazaba con asesinarlo solo era una ilusión. Porque aquel reptil enorme que escupía fuego no era más que el dragón que vivía en su interior, aquel dragón con el que durante toda su vida había evitado luchar, aquel dragón que lo había arrinconado completamente con miedos y dudas. Luego de convencerse de que aquella enorme criatura le haría daño solamente si él creía que podía hacerlo, avanzó con valentía caminando hacia el monstruoso reptil; A medida que el caballero avanzaba, el dragón se hacía cada vez más y más pequeño, hasta que dejó de escupir fuego y empezó a escupir semillas (de duda), pero el caballero no dudó y siguió avanzando con determinación, el dragón se había hecho tan pequeño e insignificante y apenas podía hablar.  Ese dragón era el más importante de su vida, y finalmente con voluntad, osadía y conocimiento de sí mismo había podido derrotarlo. Pero este no era el final de ese dragón, pues siempre habrán cosas en nuestra vida que nos hagan dudar y sentir miedo, pero es la fortaleza que tenemos como personas que se aman a sí mismas lo que nos conduce a tomar riesgos ante adversidades, y derrotarlas.

La cima de la verdad: Es el fin del camino de el caballero. Luego de escalar la cima hasta hacerle sangrar los dedos, el caballero se encontró con una inscripción que decía:
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«Aunque este universo poseo, nada poseo, pues no puedo conocer lo desconocido si me aferro a lo conocido», luego de reflexionar un momento sobre ello, sobre lo que conocía  y lo que no, su identidad y sus creencias, el caballero llegó a la terrible conclusión de que debía soltarse del acantilado y caer hacia el abismo, y lo hace. Se suelta de la roca que lo sostiene con vida, y se deja caer hacia el abismo de sus recuerdos y de su corazón, a medida que cae ve todas las cosas que había hecho en su vida, cómo había actuado culpando a otras personas por los errores que él mismo cometía, y deja ir todo eso a medida que cae.  Es acá donde finalmente termina de aceptar todo lo que había aprendido: Acepta a su vida como tal, acepta la responsabilidad por ella, acepta sus errores y sus actos, y aprende de ellos a la vez que intenta no volver a cometer esos mismos errores, aprendió a amarse, y ahora la necesidad de amor por sí mismo no lo detendrá en ofrecer su amor hacia los demás. Se dio cuenta también que podía adentrarse a lo desconocido sin temor, pues el conocimiento que obtendría de lo que aprendiera lo mejorarían como persona. Entendió que él era la causa y no el efecto, una sensación de inmensa calma le invadió, y se dio cuenta de que algo extraño le estaba sucediendo: ¡Estaba cayendo hacia arriba! Estaba surgiendo del abismo, de su abismo; de repente, dejó de caer y se encontró en la cima de la montaña, donde por fin comprendió la frase que había encontrado mientras escalaba: Se había liberado de todo lo que sabía, de lo que temía y lo que tenía, y ahora el universo era suyo para conocerlo. 
Finalmente, la novela llega casi a su fin con un pensamiento del caballero: “Casi muero por todas las lágrimas que no derramé”, al fin había comprendido que ser fuerte no es sinónimo de rigidez emocional, pudo percibir mejor todo lo que le rodeaba, pues por fin ninguna armadura lo aprisionaba.
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